Y aún así

aunasi
He bailado desde que tengo uso de razón y seguramente bailaré hasta que muera. He bailado con mi cuerpo mientras este se mueve al compás de una canción y he bailado sin moverme, sin que un sólo músculo intervenga en el baile de mi espíritu.

He bailado y aprendido danza folclórica, danza contemporánea, ballet, danza árabe, danza hindú pero sobre todo he aprendido a bailar con mi corazón.
He bailado ante auditorios grandes, he bailado sola y acompañada, he improvisado y seguido coreografías que otros hacen, le he bailado a los Dioses en la soledad de mi habitación.
He tomado clases con personas muy reconocidas, con excelentes maestros y de cada uno de ellos he aprendido una lección, he aprendido de la danza mirando simplemente cómo baila una flor.
He ganado uno que otro premio, uno que otro reconocimiento con mi danza, he creado coreografías con otras personas, he enseñado, he aprendido, he conocido grandes personas, he conocido la bondad y también el ego de la danza, he llevado mi cuerpo hasta límites que no conocía, me he roto, me he reconstruído y lo he vuelto a intentar una y otra vez.
He bailado hasta el amanecer o cuando recién el día empieza, he bailado por horas, por días, he dejado de bailar.
He bailado para gente que no conozco, para mi familia, para niños, para abuelos, para la persona que amaba, para personas en aquellos lugares mágicos que me recuerdan de dónde vengo, he bailado sólo para mi.
He bailado, he escrito sobre la danza, he leído sobre ellas, he aprendido con el movimiento y he aprendido con mi mente, me he dejado llevar.
He bailado y aún así nada de lo que he dicho importa, todo eso queda realmente a un lado cuando se trata de crear esto nuevo, sólo se trata de fluir, de dejar que las cosas sean lo que tienen que ser al conectarse con alguien más que tiene la misma idea y que sabe que lo que importa no son los títulos, ni el ego, ni el dinero, sino simplemente crear algo de corazón.

Deja un comentario